Praga. Es una de las ciudades más espectaculares que se pueden encontrar, bien es verdad que la capital de la República Checa no se caracteriza por ser un destino asiduo en el turismo español, pero si nos adentramos en sus parajes y vistas, veremos lo especial que resulta, a pesar de ello fue la sexta capital europea más visitada en el mundo en el año 2004.
Su vista más emblemática la encontramos en los puentes a la entrada de la ciudad:
Puentes de Praga.
El puente Carlos. Es el puente más antiguo de Praga, y atraviesa el río Moldava de la Ciudad Vieja a la Ciudad Pequeña. Su construcción dió comienzo en el año 1357 gracias al rey Carlos IV, y fue finalizado a principios del siglo XV. Tiene una longitud de 516 metros, y su ancho es de casi 10 metros.
Centro histórico de Praga. Fue declarado según la UNESCO patrimonio de la humanidad, en la que destacamos la presencia de las Torres Gemelas de la iglesia de Týn, fue construida en 1256 sobre la antigua iglesia románica. La podemos observar en la siguiente imagen, al fondo.
Ciudad Vieja.
Dentro de los parajes que caben destacar, encontramos el teatro nacional de Praga, que despliega todo su esplendor en horas nocturnas gracias a su iluminación. Consta de tres centros artísticos (ópera, drama y ballet).
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Teatro nacional de Praga.
El ayuntamiento viejo. Destaca por un elemento muy característico, esta dotado de un reloj astronómico, un orloj, que es el más antiguo de su tipo en toda Europa. Cuando da la hora, salen unas figuras que representan a los doce apóstoles.
Orloj astronómico.
Como elemento arquitectónico contemporáneo, destacamos:
La casa danzante. Construido en 1997, que destaca por su peculiar estilo deconstructivista, diseñada por Frank Gehry. También llamada Ginger and Fred.
La casa Danzante.
Aupetit.
